
El Día de la Virgen del Patrocinio volvió a envolver a nuestro colegio en un ambiente de
alegría, unidad y profunda emoción. Como cada año, toda la comunidad educativa se reunió para
honrar a nuestra Madre, celebrando juntos una jornada que nos recuerda lo que significa pertenecer
a la gran familia del Patrocinio de María.
La mañana comenzó con un gesto lleno de ternura: los más pequeños del colegio, con la
ilusión que solo los niños saben transmitir, presentaron a la Virgen sus flores, creadas por ellos
mismos con dedicación y creatividad. Acompañaron su ofrenda con oraciones sencillas, canciones
alegres y miradas profundas que hablaban de un cariño puro y sincero.
Tras este emotivo inicio, todos los alumnos fueron invitados a un delicioso desayuno a base
de bollos y chocolate calentito, que llenó el patio de risas, conversaciones y ese bullicio especial que
anuncia que es un día de fiesta.
Más tarde, los alumnos de primaria y secundaria emprendieron el tradicional paseo hacia la
Iglesia de Santa María de Cervellán, que cada año nos recibe con tanto afecto. En este recorrido
destacó el acompañamiento de los alumnos de 4.º de ESO, que caminaron junto a los pequeños de
1.º y 2.º de primaria con una responsabilidad ejemplar y un cariño admirable.
Al llegar al templo, los alumnos fueron dejando su ofrenda: alimentos destinados a las
familias de la parroquia que están pasando por momentos difíciles. Un gesto de solidaridad que
refleja el espíritu de generosidad que queremos cultivar en nuestros jóvenes.
La ceremonia estuvo envuelta en cánticos que llenaron la iglesia de calidez y emoción, gracias al
esfuerzo de profesores, alumnos y al coro formado por una familia del colegio, que prepararon cada
pieza con dedicación.
Al finalizar, hicimos la tradicional foto de familia, una imagen que resume a la perfección el
sentimiento HPM que nos une. Después, cada etapa continuó su celebración: los alumnos de primaria
regresaron al colegio para disfrutar de talleres llenos de diversión, los estudiantes de secundaria
CONCERTADO BILINGÜE fueron al cine a ver una película, y los pequeños de infantil concluyeron su fiesta rompiendo piñatas entre risas y luces de colores.
Para quienes se quedaron a comer, la jornada continuó con un menú especial preparado con motivo
de la celebración. La fiesta no terminó ahí: toda la comunidad educativa cerró el día compartiendo
un picoteo que nos permitió seguir conviviendo, conversando y fortaleciendo ese espíritu de familia
que hace tan especial a nuestro colegio.
El Día de la Virgen del Patrocinio volvió a recordarnos que, cuando celebramos unidos, el
corazón del Patrocinio de María late más fuerte que nunca.
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